Esta acta se ha empezado a elaborar en 2024, más de 22 años (!!!) después del evento que se narra (batimos este récord), por lo que no se espera mucha precisión en la misma. Menos mal que Nesss encontró por su casa documentos y algunos emails antiguos que fueron vitales para aclarar algunas dudas que teníamos. Rogamos por tanto la comprensión de los posibles lectores de la misma.
Asistentes: Gure Konejue, Gure Kallejie, Edu, Nesss y un incontable número de sidreros y gente de Astigarraga (incontable, porque ahora no recordamos cuantos eran pero unos 10 o asi)
Según el programa, el Txoxberri (fuera lo que fuera, que no teníamos ni idea), salía a las 08:00 de la plaza Joseba Barandiaran de Astigarraga. Hubo que madrugar en domingo para pillar el bus rojo (compañía Areizaga) que casualmente salía a las 08:00 desde la calle Txirrita de Hernani a Astigarraga, así que puntuales del todo no podíamos ser. Llegamos pasadas las 08:05 a la plaza Barandiaran y ya no estaba ni el Tato. Preguntamos a la escasa gente que vimos por la calle (los únicos paisanos que no habían salido de marchón la víspera) si habían visto pasar a los del TxoxBerri, pero nadie sabe decirnos nada útil. Empezamos a dudar si salir a la aventura o no. Al final, decidimos tirar hacia Gartziategi, Lizeaga, Petritegi a ver si vemos ... a los que copón tuvieramos que ver.
Poco después oimos la explosión de dos cohetes por la zona de Lizeaga- Gartziategi. ¿Quién puede andar a esas horas echando cohetes? Lo tomamos como pista a seguir, pero cuando llegamos a aquella zona ya no hay nadie. Y encima están de obras con la variante nueva entre Astigarraga y Oiartzun-Errenteria. Barro y vallas, cómo mola este paseo dominical persiguiendo fantasmas... Tiramos hacia arriba, pasando por Alorrenea primero y Petritegi después. De tanto en cuando se oye un cohete, y nosotros tiramos para allá a lo loco, sube que sube.
Les acompañamos en el resto del recorrido en las faldas de Txoritokieta. Tenemos que cruzar a las bravas una trinchera de las obras de la autovia, con bastante barro, y alguno de nosotros, como el Conejo, con zapatitos. Al llegar a Mina vemos de que va esto del Txoxberri: La idea es llegar enfrente de cada sidrería (cerradas a esas mañaneras horas), echar dos bertsos por dos miembros fijos de la concurrencia, tirar un cohete, y a la siguiente. Mola. También lo hacemos en Astarbe y Zapiain, y luego junto a las que estan en el camino viejo a Oiartzun-Errenteria: (la entonces nueva) Irigoien-Herrero y Bereziartua.
De vuelta a Astigarraga, sobre las 11:00, paramos junto al frontón, donde se está montando la carpa para la comida popular que habrá luego. Las gentes del Txoxberri se dispersan por allí por lo que pensamos, bueno, pues parece que aquí acaba la cosa, así que vamos a buscar un bar donde echar algún pintxo, que vamos sin desayunar y el paseíllo sube y baja, junto con la angustia por encontrar a los de los cohetes, ha despertado la gusa. Pero uno de los del grupo ve que nos estamos yendo del frontón y corre a buscarnos, casi a placarnos estilo rugby. Que no nos vayamos, que el paseo no ha acabado. Ah, ¿no? y nos dicen que si queremos beber y comer algo.... puesssss como que si, respondemos. Así que volvemos al rebaño y nos metemos allí mismo unos tragos de sidra y un pintxo de txoriso a la sidra. La verdad es que están un poco flipando con nosotros entre que no nos conocen, lo pardillos que debemos parecer, pero que a la vez nos apuntamos a un bombardeo aún sin saber cual es el plan.
Y acertó de pleno. Nada más salir el grupo del caserío, giramos a la derecha y de ahí partía una cuesta arf-arf-arf-y-recontra-arf con la que nos faltó el resuello por lo imprevisto de la subida brusca y nos sobraba la tripota recién llena. Uno de los paisanos nos comentó que a mano izquierda había una villa donde se alojaba el obispo saliente de Donostia, José María Setién, quien renunció al episcopado dos años antes, en 2000, por "motivos de salud"; pues desde ahí arriba tendrá buenas vistas, el jodío... Derrengados por las laderas de SantiagoMendi, llegamos tras un buen paseo hasta Larrarte, necesitados de hidratación. A partir de ahí, hubo algún que otro txotx cuesta abajo en Mendizabal o en Etxeberria, con los consabidos cohetes y bertsos improvisados. A la altura de Sarasola y Oiarbide, donde cae otro trago, fueron dos cohetes y bertsos, por la cercanía entre ambas sidrerías (lo mismo que hicieron en Lizeaga-Gartziategi, de ahí que al comienzo oimos dos explosiones seguidas).
Ya abajo, al llegar a Gurutzeta, le meten presión al jefe para que se estire y abra alguna kupela. Se hace de rogar, pero acaba dejándonos subir a la zona de de kupelas y mesas. Allí vemos la hecatombe de la cena de la víspera, ya que estaba todo por recoger, con cáscaras de nueces, trozos de pan, vasos sucios, servilletas y demás (¿quizá por eso no quería que entrásemos?). Nos aseguramos de beber de supuestos vasos limpios y tomamos nota. De allí vamos a la antigua Irigoien en Ergobia, que estaban de traslado ese año a la nueva ubicacion visitada esta mañana.
De vuelta al frontón de Astigarraga (sobre las 14:30), vemos que habían habilitado numerosas mesas corridas en el mismo frontón y ya había un ambientazo de la hostia, así que, ya totalmente integrados, comimos con la peña sidrera y el resto de Astigarraga porque aquello estaba a reventar. En la sobremesa se monta un baile también en el mismo frontón. Edu acaba danzando con la señora Laburu totalmente entregado y dándolo todo. Estábamos pasando pipa pero... era domingo por la tarde y en algún momento tocaba volver a casa, algunos a Bilbao, pero otros a Mondra y a Zaragoza. Edu confiesa que se habría quedado allí un buen rato más, había buen ambientillo, ya de noche, aunque también reconocía que, un poco más bailando con las sidreras, y habría existido una alta probabilidad de tener que salir del frontón apedreados por algún sidrero celoso.
En resumen, demostramos que somos capaces incluso de hacer deporte persiguiendo grupos perdidos por el monte, guiados únicamente por el sonido de unos cohetes, todo lo que sea para justificar ir de sidrerías, y más de esta manera tan curiosa. No nos ha coincidido ir a más TxoxBerris así desde entonces, ni sabemos si han vuelto a repetir la misma fórmula, pero ya nos gustaría; pero, a ser posible, llegando esta vez puntuales a la salida.